jueves, 30 de septiembre de 2010

El día después




Carlos López (4Esquinas)
Pasó el día del paro. Quedan papeles por el suelo, escaparates con pegatinas y poco más. La calle tiene el mismo pulso de siempre. Es el tiempo de los balances, de las afonías, de las preguntas (y ahora ¿qué?). Queda una sensanción de derrota sindical. Por vez primera los ciudadanos han visto protegido, al menos más protegido que en ocasiones anteriores, su derecho a elegir. Resulta que estamos en el siglo XXI, que el personal tiene más desparpajo, está mejor informado. Y resulta que las llamadas fuerzas de seguridad del estado se desplegaron para evitar, en la medida de lo posible, la tradicional coacción que suponen los piquetes en la calle.
En Aranjuez hubo un buen despliegue de Policía Local y Nacional. Los ribereños, especialmente el sector comercial pudo acudir sin problemas a sus establecimientos. Los integrantes de los piquetes se tenían que limitar a «informar», dada la cercanía permanente de los agentes de policía, que se limitaban a garantizar la tranquilidad.
Llegados a este punto, uno de los que se ha ganado el reconocimiento este día es el concejal de seguridad, Ricardo Casas. Tenía el marrón de ser concejal de seguridad y de personal, al tiempo que carnet de UGT en el bolsillo y un currículum en el sindicato. Casas ejerció de concejal y puso a la policía en la calle. Ya, habrá quien diga -no sin razón- que la policía no hizo sino lo que debía. Aún así, es la primera vez que en una jornada de huelga ocurre esto. Así pues, no está de más felicitar a los responsables del despliegue, operativo que dirían los técnicos especialistas en la materia. Casas y el comisario jefe, Julio Laguna, son las cabezas visibles y, por tanto, los destinatarios de los parabienes. Que ellos distribuyan después las palmadas cariñosas entre los suyos de parte de los ciudadanos.
Por lo demás, una jornada en la que los sindicatos no lograron que Aranjuez quedara parado. Mucho paro en el sector industrial, con alguna curiosa excepción (lease Electrónica Aranjuez) en la que hubo un casi nulo seguimiento del paro. Poca adhesión en los sectores de servicios. Se pudo coger el autobús, se pudo acudir al hospital, hubo clases en los colegios (aunque hubo un alto porcentaje de novillos), los comercios abrieron sus puertas y hasta hubo cierto ambiente por las calles de Aranjuez.

Por cierto, felicitaciones desde aquí a nuestra compañera Margarita Martínez, autora de la fotografía que mejor ilustra lo ocurrido en este Real Sitio el día de la huelga. La imagen es la que acompaña a estas líneas, evidentemente.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Concejales en las huelgas

Carlos López (4Esquinas)

Casualidad o no, parece una certeza imperturbable. Cada vez que le hacen una huelga general al PSOE, en el Ayuntamiento de Aranjuez hay un concejal que se ve metido en un brete por su condición de sindicalista activo. En las dos anteriores les ocurrió a Eugenio Rincón y a Pablo Martínez Ruano, en esta a Ricardo Casas. Dejo en blanco el asunto de la huelga de 1988 porque mi memoria no llega a tanto, en aquel entonces, recién llegado de la mili, no andaba uno muy puesto en el escalafón municipal. Me explico.

En mayo de 1992, la convocatoria le pilló a Eugenio Rincón desempeñando labores de concejal de Seguridad, o sea, de responsable de la Policía Local. El asunto desembocó en el apelativo de concejal-piquete que se ganó a pulso este edil. Rincón, también destacado sindicalista de CC.OO. en Robert Bosch, por no decir eterno mandamás del sindicato en dicha fábrica, tuvo la ocurrencia de formar parte del macropiquete festivo que, a partir de las doce de la noche, se dedicó a ir cerrando bares. Servidor fue testigo en uno de esos bares de la actuación de las decenas de sindicalistas y su forcejeo dealéctico con los propietarios del establecimiento. No hubo manera. En aquel entonces nos preguntábamos ¿qué hubiera ocurrido de haber tenido lugar algún incidente y la aparición de la Policía Local? ¿en qué lugar hubiese quedado el concejal? ¿hubiese ordenado a la policía que actuase o que se contuviera? Inolvidable fue aquel momento en que uno de los piqueteros se comió la hamburguesa del portavoz socialista en el Ayuntamiento y compañero de equipo de gobierno de Rincón, Lorenzo Sánchez-Gil, que intentaba cenar en aquel pub. Sonrió y se quedó sin cena.

En enero de 1994, la huelga general sorprendió como concejal de Personal a Pablo Martínez Ruano, a la sazón también sindicalista en AGFA Aranjuez. En este caso, su actuación fue la de defender el derecho de aquellos que optaron por trabajar en las dependencias municipales. Fui testigo de cómo se enfrentó a un piquete que intentaba «informar» a la gente que trabajaba en las oficinas, concretamente al señor Llopis y algunos otros más. Martínez Ruano supo estar en su sitio, que en el Ayuntamiento no era otro que el de concejal y logró que el piquete desistiera de su labor informativa. Por cierto, en aquel incidente había un testigo inesperado, el concejal de IU Pedro Saiz, enemigo irreconciliable de su compañero Pablo Martínez. En esta ocasión Saiz acabó aplaudiendo a Martínez.

El miércoles próximo, el marrón le cae a Ricardo Casas. Un marrón doble porque le toca el papelón de ser concejal de Personal y de Seguridad Ciudadana al mismo tiempo. Casas representó la cuota de UGT en la lista socialista de 2007. Hasta entonces formó parte de la Ejecutiva local del sindicato en Aranjuez. Si bien es cierto que tras su integración en la citada lista se enfrío, por no decir que desapareció, la relación con sus ex-compañeros del sindicato. Casas no ha querido esperar al día D y ya ha señalado, en una nota de prensa, que la sección sindical de UGT no quería servicios mínimos en el Ayuntamiento. Lo curioso del asunto es que el único liberado que hay en el Ayuntamiento de Aranjuez lo es por UGT, se llama Juan Carlos Ramírez Panadero y es el secretario general de UGT en esta ciudad. Así las cosas, lo de Casas y su referencia a UGT ¿será casual o no?
En todo caso, el reto de Casas para el miércoles tiene más supense que los pájaros de Hitchcock ¿le acabarán picando?